Es jueves, la mañana está tranquila y la primavera
ha llegado.
Son las 12:00 de la mañana y como todos los días una chica ha
subido a abrir la puerta.
Vivo en un municipio de la Sierra Norte de Madrid
llamado Buitrago del Lozoya, concretamente en una muralla árabe del siglo XI. Vengo
de pasar el invierno en África y me ha costado mucho vivir aquí, ya que a
algunas personas les molesta mi presencia. Llevo más de un mes intentando
construir mi casa, cada día consigo avanzar mucho más pero al día siguiente
desaparece. Aun así, no me he rendido y lo he conseguido, he construido mi casa
a 9 metros de altura.
Vivo en la parte más alta de la muralla porque es
la única que no rodea el río y era más vulnerable a los posibles ataques
antiguamente. La muralla tiene 800 metros de perímetro pero creo que esta es la
zona más segura para vivir. A casi todos los niños les gusto, me señalan y me
hacen fotos y también a algunos adultos, aunque no me gusta mucho que se
acerquen demasiado a mí, y mucho menos, a mis bebés que cuido antes de nacer. Los
fines de semana viene mucha gente, grupos de amigos, parejas, familias y
también grupos de personas acompañados de una chica que señala y explica cosas.
Creo que lo llaman turismo.
Al despertar, veo
toda la Sierra Norte de Madrid. Es el
paisaje que más me gusta. También veo varios puentes: el que más me gusta
es el Puente Viejo, un puente de un
solo ojo del siglo XVI. Desde mi casa se
puede ver la iglesia de Santa María del
Castillo, construida sobre una antigua mezquita del siglo XV, donde viven
dos amigas mías mucho más tranquilas que yo, allí no suben turistas, su casa es
más estable y están a más altura, sobre un antiguo minarete. También se ve el Castillo de la familia Mendoza, el río
Lozoya, la Torre del Reloj, etc... casi todas las cosas más bonitas de este
pequeño municipio de unos 2000 habitantes.
Ya son las 13:00 horas y la chica ha vuelto a
cerrar la puerta, de lunes a viernes suben pocas personas pero el fin de semana
y el buen tiempo hace que vengan muchas más. Voy a dar una vuelta por los
alrededores, Buitrago se encuentra entre el embalse de Riosequillo y Puentes Viejas, siempre paso por encima de
la Coracha, un alargamiento de la
muralla de origen islámico que conectaba con el otro lado del río, está rodeada
de vegetación: planeo sobre encinas, robles y pinos…sí, soy una cigüeña.
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