La mayoría de la gente
piensa que trabajar en una oficina de información turística es un trabajo
monótono, sin cambios y que todo el mundo viene a pedir más o menos lo mismo.
Yo puedo decir que no es así.
Además de información
sobre una ruta por la ciudad, planos para las personas que anden un poco más
perdidas, qué museos son los más importantes o directamente información de un
museo en concreto, como ir al aeropuerto, que eventos hay en el mes….
Durante las prácticas que
realice en la Oficina de Turismo de Duque de Medinaceli, perteneciente a la red
de oficinas de información turística MAD About Info atendí varias peticiones un
tanto peculiares.
Nada más empezar las prácticas,
la primera llamada que recibí el segundo
día era de un señor al que le entendí que quería información sobre un albergue
en la zona de Argüelles. Por si acaso, volví a preguntar para ver si había oído
bien ya que era extranjero y no tenía buena pronunciación. Efectivamente, no era lo que yo pensaba, pues lo quería era
denunciar un albergue que decía que era ilegal.
Si ya de primeras me
había tocado la llamada del día, lo mejor fue poco después, que llamó a la
oficina una mujer muy interesada en la Casa Real. Quería saber si nosotros
hacíamos de intermediarios porque quería mandarle una carta al Rey.
Otra señora quería
saber tiendas para comprar telas, ya que hacia confección, y después de mucho indagar y buscar, la señora se paró a
pensar y me dijo que no eras las tiendas de Madrid sino las de Estambul las que
le interesaban. Obviamente, no tenemos información sobre las tiendas de tejidos
de todas las ciudades del mundo…
También llamó otro señor
que parecía estar bastante enfadado ya que quería dar un concierto y decía que
había llamado a todos los teatros de Madrid habidos y por haber y que nadie le
daba solución, por lo que nos llamaba a nosotros para ver si podíamos contactar
con los teatros y conseguir que diese un concierto.
Por otro lado, en las
Oficinas de Turismo también hacemos atención presencial.
Por si alguna persona
no lo sabe, esta oficina se encuentra delante del Hotel Palace, y un día
mandaron a un chico de Conserjería para pedirnos algo de información para
poderle dar a los clientes. Debe de ser que el chico era de prácticas al igual
que yo, ya que se le veía un poco perdido.
Vino a la oficina y
según entró se le puso una sonrisa de oreja a oreja. Me pidió información
general sobre la ciudad. Volvió al Hotel y de nuevo le volvieron a mandar a la Oficina.
Por supuesto, se presentó con su misma sonrisa, la cual no perdió en todo el
tiempo que permaneció frente a mí. Esta vez ya estaba indeciso, no sabía qué
pedir, cambió de opinión varias veces y me preguntó lo mismo en reiteradas
ocasiones. Al final le dí toda la información que me pidió y se fue con un montón
de folletos. Aunque, sospecho que no le quedó muy claro de qué iba cada uno.
Otra mañana, vino un
hombre muy alterado ya que quería saber la normativa legal de los guías, porque
estuvo en otra ciudad y mientas les estaba explicando a unos familiares algo
peculiar, le paró la policía y le pidió la documentación y le dijeron que no
podía hacer de guía.
También hay clientes
reincidentes como, por ejemplo, un señor
muy amable que viene todas las semanas a
pedirnos un mapa de los pantanos de Madrid y siempre le damos el mismo mapa,
pero el señor no se da por vencido y
sigue viniendo a por su mapa semanal.
No puedo dejar de mencionar
a nuestro peculiar cartero, que de las veces que le hemos dicho que se ha
equivocado de sitio ya se piensa dos veces si entrar a la oficina.
Como habéis podido
observar, para algunos clientes, la Oficina a veces cambia de función: unas
veces se convierte en comisaría, otras en una agencia de viajes o simplemente
hacemos de carteros.
Pero siempre intentamos
que se vayan de la misma manera… con una sonrisa.
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