El complejo industrial,
que se situaría muy cerca del actual Parque de San Sebastián junto al casco histórico
de Navalcarnero, contaba además de los espacios comunes para la producción de
jabón con todo tipo de instalaciones
como comedor ,escuela ,biblioteca, un pequeño centro sanitario… Los obreros y
sus familias se beneficiaron de este tipo de servicios e incluso se
construyó un nuevo barrio, el de
Covadonga, con casi 60 viviendas y una ermita dedicada a la Virgen de Covadonga.
De hecho, la primera piedra que se colocó en esta ermita se trajo desde el
santuario en Asturias dedicada a esta virgen.
Esta fábrica trajo numerosas ventajas a la villa y, entre ellas, empleo para la mayor parte del pueblo pues casi 440 familias trabajan en ella evitando así la emigración obrera a la ciudad de Madrid. También resolvió el problema de la carencia de viviendas, pues tras la destrucción de la mayor parte de ellas en la Guerra Civil, los pueblerinos vivían en las cuevas que todavía encontramos en Navalcarnero. Tanto es así que muchas madres dieron a luz en ellas y tampoco faltaban los maestros que daban clases en el interior de las cuevas.
Debido a los
beneficios y ventajas que tuvo esta fábrica en el pueblo madrileño, se realizó
un reportaje por el Noticiario Documental (NO-DO) en el que se reflejaría una
visión brillante de esta fábrica. El reportaje se hacía eco de que cuando la
demanda de producción era alta, las jornadas abarcaban las 24 horas, organizadas en tres turnos ( mañana, tarde y
noche).
En 1955, la empresa
tuvo numerosos problemas de ventas, al parecer por desacuerdos con el Régimen
de Franco, lo que llevó a que a principios de los sesenta la fábrica de jabón cerrase
definitivamente.
En la actualidad, no queda nada de la fábrica de jabón más que el recuerdo de los buenos años que trajo a la villa en un momento en el que parecía imposible recuperarse de la Guerra Civil.
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