La capital de España es el
escenario de la mayoría de películas y series del cine español, se rueda por
sus calles, monumentos, plazas, parques, barrios, etc. Una de las calles más
conocidas es la Gran Vía, ha sido un plató de cine tanto en los años 90 como en
la actualidad, de las películas como, “El día de la Bestia” o “Abre los ojos”.
Otro plató como la Plaza Mayor nos recuerda a los tiempos de Los Austrias, esta
antigua plaza ha aparecido en numerosas películas, algunas tan conocidas como “La
gran familia”. Además de largometrajes o series, también Madrid es un plató de multitud
de cortometrajes.
Hace un par de meses tuve la
oportunidad de ver “Azar”, un cortometraje rodado en el centro de la ciudad. Es una
historia de un chico y una chica que se encuentran en un salón de juegos, dos
ludópatas solitarios conociéndose en una dura pero tierna historia de amor. El
corto se rodó en lugares como Plaza de España, Templo de Debod y calle del Codo
(junto la Plaza de la Villa).
A la hora de hacer una producción
de cine o televisión en las calles de Madrid es necesario pedir un permiso
especial al ayuntamiento. En un principio no tiene porqué haber ningún problema
si la producción paga unas tasas de unos 60 euros por dos horas, pero si lo que
se necesita es cortar calles para que no puedan pasar personas o coches ya es
otro tema más complicado, aunque no imposible de que el ayuntamiento conceda
los permisos necesarios. Para un permiso normal sería necesario pedirlo con al
menos 15 días de antelación, y no suele ser rechazado.
Si se pretende rodar en otro tipo
de escenarios que no pertenezcan al ayuntamiento, como por ejemplo en el metro
de Madrid o estaciones o trenes de Renfe, será necesario ponerse en contacto
con la empresa en concreto y esperar a que te concedan el permiso si no es
demasiado complicado el rodaje; pero en estos dos casos mencionados supone
pagar unas tasas demasiado elevadas para una producción más discreta, como
pueda ser un cortometraje. Por ejemplo, por rodar en el metro de Madrid 6 horas
te piden un importe de al menos 1400 euros.
En algunas ocasiones, no todos los
directores y productores se pueden permitir ciertas hazañas como la de cerrar
los accesos a la Gran Vía o borrar digitalmente a las personas que pasean por
las calles de Madrid. Por ejemplo, en la película “Los Cronocrímenes” tuvieron
que echar mano del ingenio para rodar algunas escenas en las que se simulaba
que no había nadie por la calle. Para ello aprovecharon las horas de menos
afluencia de personas en el centro (por la mañana muy temprano) y la ayuda de
algunos amigos que de buenas maneras cerraron el paso a curiosos y transeúntes.
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