lunes, 8 de julio de 2013

UNA EMPRESA EJEMPLAR EN EL NAVALCARNERO DE LA POSTGUERRA

En los primeros meses de 1937, en los que se vivía la guerra civil española, un ingeniero industrial asturiano llamado Alfonso Álvarez  trasladó desde Guipúzcoa a Navalcarnero una  fábrica de jabón. El motivo de dicho traslado a la villa no se conocería nunca. En julio de 1941,  a propuesta de la Delegación Nacional de Sindicatos, a esta fábrica de jabón se le concedió el título de “Empresa Ejemplar”.

El complejo industrial, que se situaría muy cerca del actual Parque de San Sebastián junto al casco histórico de Navalcarnero, contaba además de los espacios comunes para la producción de jabón  con todo tipo de instalaciones como comedor ,escuela ,biblioteca, un pequeño centro sanitario… Los obreros y sus familias se beneficiaron de este tipo de servicios e incluso se construyó  un nuevo barrio, el de Covadonga, con casi 60 viviendas y una ermita dedicada a la Virgen de Covadonga. De hecho, la primera piedra que se colocó en esta ermita se trajo desde el santuario en Asturias dedicada a esta virgen.

Esta fábrica trajo numerosas ventajas a la villa y, entre ellas, empleo para la mayor parte del pueblo pues casi 440 familias trabajan  en ella evitando así la emigración obrera a la ciudad de Madrid. También  resolvió el problema de la carencia de viviendas, pues tras la destrucción de la mayor parte de ellas en la Guerra Civil,  los pueblerinos vivían en las cuevas que todavía encontramos en Navalcarnero. Tanto es así que muchas madres dieron a luz en ellas y tampoco faltaban los maestros que daban clases en el interior de las cuevas.

Debido a los beneficios y ventajas que tuvo esta fábrica en el pueblo madrileño, se realizó un reportaje por el Noticiario Documental (NO-DO) en el que se reflejaría una visión brillante de esta fábrica. El reportaje se hacía eco de que cuando la demanda de producción era alta, las jornadas abarcaban las 24 horas,  organizadas en tres turnos ( mañana, tarde y noche). 

En 1955, la empresa tuvo numerosos problemas de ventas, al parecer por desacuerdos con el Régimen de Franco, lo que llevó a que a principios de los sesenta la fábrica de jabón cerrase definitivamente.

En la actualidad, no queda nada de la fábrica de jabón más que el recuerdo de los buenos años que trajo a la villa en un momento en el que parecía imposible recuperarse de la Guerra Civil.

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