jueves, 11 de julio de 2013

Fuentes de Madrid: espectadoras de nuestra historia

Son numerosas las fuentes que adornan las calles de Madrid y cada una de ellas nos invita a descubrirla, algunas no necesitan más que un simple gesto para narrarnos toda su historia y muchas otras simplemente son testigos mudos del paso de los años en esta gran ciudad.

Si de repente las fuentes cobrasen vida, serían seguramente los perfectos narradores de la historia de la gran villa madrileña. Nos contarían por ejemplo que antes de ornamentar la ciudad, sirvieron para calmar la sed de sus habitantes, nos dirían sin duda que vieron a Madrid crecer a gran velocidad desde que en 1561 Felipe II estableciera aquí Las Cortes y que sus más asiduos visitantes eran, por supuesto, los “aguadores” que se dedicaban a recoger sus aguas para después venderlas entre los habitantes de la villa.
Si pudieran, nos hablarían de cómo Carlos III se convirtió en el mejor alcalde de Madrid, nos dirían que era un importante representante del despotismo ilustrado y que se encargó de embellecer la ciudad y de mejorar la calidad de vida de su población, satisfaciendo necesidades básicas como el alumbrado público, el alcantarillado y el empedrado de las calles. También nos contarían que llevó a cabo importantes reformas que cambiaron notablemente el rumbo y la historia de la capital. Este fue sin duda un periodo importante para las fuentes de Madrid, porque durante este reinado fueron despojadas de su labor de abastecer de agua la ciudad y se les dio la única tarea de ornamentarla.
 
Cada una de ellas encierra en sí misma su propia historia. Conozcamos algunas…

La Fuente de Cibeles


Se trata de una verdadera protagonista de la historia de Madrid, ya que formó parte, junto con otros monumentos, del plan de modernización llevado a cabo por Carlos III.

Si la majestuosa escultura diseñada por Ventura Rodríguez se despertara, podría revelarnos que desde su origen en 1782 estuvo situada en frente del Palacio de Buenavista, mirando hacia La Fuente de Neptuno, su hermana y fue mucho después, en 1895, cuando se trasladó a la actual Plaza de Cibeles. Allí la diosa de la fertilidad, la tierra y la agricultura, se encuentra custodiada por cuatro edificios emblemáticos ubicados en cada una de las cuatro esquinas de la plaza: El Palacio de Buenavista, El Palacio de Linares, El Palacio de Comunicaciones y El Banco de España.
Esta fuente ha sido protagonista de muchas anécdotas, por ejemplo en dos ocasiones ha sido mutilada y robada su mano izquierda. En la primera ocasión la mano original reapareció, pero la segunda vez se perdió para siempre y tuvo que ser sustituida por una nueva.
También sufrió las consecuencias de la Guerra Civil Española y para protegerla fue enterrada en una montaña de sacos de tierra que permitieron que sobreviviera hasta hoy.  Actualmente la Cibeles sigue siendo protagonista de la historia de Madrid, ya que es el escenario donde los seguidores del Real Madrid celebran los triunfos de su equipo de fútbol. 

La Fuente de Neptuno


También Neptuno ha sido otra gran protagonista de la historia madrileña. Fuente hermana de la de Cibeles y creada con el mismo fin y por el mismo arquitecto, Ventura Rodríguez, Neptuno también nos contaría también que su emplazamiento era distinto, ya que al principio se encontraba mirando hacia la fuente de Cibeles de quien fue separado cuando esta se trasladó a su actual situación en la plaza que lleva su nombre. Tres años más tarde, la fuente de Neptuno pasó a ubicarse en la plaza Cánovas del Castillo, hoy popularmente conocida como Plaza de Neptuno. Por último, no podemos dejar de mencionar que es el lugar de celebración de los hinchas del club de fútbol Atlético de Madrid.
 

La Fuente del Ángel Caído


Es una de las fuentes más curiosas  y un claro ejemplo de cómo con un simple gesto se puede narrar toda una historia. Se encuentra en el Parque del Retiro y nos muestra cómo Lucifer es expulsado de los cielos, la escultura ganó la Medalla de Primera Clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid, en la que  se mencionaron los siguientes versos de “El Paraíso Perdido” de John Milton:

“Por su orgullo cae arrojado del cielo con toda su hueste de ángeles rebeldes para no volver a él jamás. Agita en derredor sus miradas, y blasfemo las fija en el empíreo, reflejándose en ellas el dolor más hondo, la consternación más grande, la soberbia más funesta y el odio más obstinado”.

 El Paraíso Perdido, John Milton. Canto I.

Esta fuente, inaugurada en 1885, generó gran polémica entre la población madrileña de la época, lo cual no fue un impedimento para que el Duque Fernán Núñez  donara todo el dinero que se necesitaba para su realización. En su emplazamiento, estuvo situada anteriormente la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro, destruida en la Guerra de Independencia en 1813.

Como éstas numerosas fuentes de Madrid tienen muchísimas anécdotas dignas de ser transmitidas y son una forma de mantener vivos los recuerdos de la historia de una ciudad en constante cambio y movimiento.

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