jueves, 19 de diciembre de 2013

Planes para un fin de semana en Aranjuez


PRIMER DÍA:
A la llegada el sábado por la mañana, después de de dejar el equipaje en el lugar donde se vaya a pasar la noche. Se propone:

POR LA MAÑANA:
Para empezar: Visitar el Palacio Real de Aranjuez, incluyendo la entrada del museo de falúas, y pudiendo elegir la visita a la Casa del Labrador.
A continuación caminar por los Jardines del Parterre en la parte posterior de Palacio, a través del jardín de la Reina acceder al Jardín de la Isla, el cual contiene varias fuentes mitológicas.

A la hora de comer, se puede ir por el centro cerca del Mercado de Abastos para visitarlo y pararse en la Calle de Postas, dónde poder  tomar desde raciones hasta menús variados asequibles al bolsillo, es una calle llena de terrazas.

POR LA TARDE:
Después de comer, se puede coger el chiquitren, un tren turístico que realiza un recorrido por el centro del casco antiguo, pasando por dentro del Jardín del Príncipe, todo el camino se realiza con una audioguía explicando todo el recorrido y los edificios y monumentos más importantes.

Ya terminando la tarde se puede pasear por la Plaza de San Antonio, viendo la Fuente de la Mari Blanca e ir por el interior de los Arcos de esta plaza.

POR LA NOCHE:
Para cenar se puede disfrutar de una cena íntima en barco por el río Tajo y después de cenar se puede ir al Casino de Aranjuez, o algún pub con música en vivo o actuaciones teatrales para animar la noche.

SEGUNDO DÍA:
Para empezar el Domingo se sugiere un recorrido por el Jardín del Príncipe visitando, sus seis jardines de diferentes plantas, el estanque de chinescos y el plátano padre, real embarcadero…. Este jardín es bastante peculiar ya que cuenta con una serie de plantas de diferentes países aparte de pavos reales y faisanes. 

Después se puede recorrer la Vega del Río por los paseos y Sotos históricos, rodeados de árboles centenarios.

Se pueden visitar el Real Cortijo de San Isidro para ver sus cuevas de vino y la Plaza de Toros, cuya entrada incluye una visita guiada de una hora, que cuenta ya doscientos años.

POR LA TARDE:
Después se puede subir al globo aerostático, dar un paseo en piragua, a caballo o practicar turismo de aventura siguiendo las propuestas de alguno de los operadores locales.  

Loeches en el cine


Loeches posee una fuerte vinculación con el cine ya que fue escenario de varias películas en los años 60, tales como “El extraño viaje”, “La venganza” y “La ciudad no es para mí”.

“El extraño viaje” dirigida por Fernando Fernán Gómez y protagonizada entre otros por Carlos Larrañaga y Rafaela Aparicio, fue censurada porque su argumento tomaba como punto de partida el llamado “crimen de Mazarrón” que había aparecido en varios números del periódico El Caso. La censura consideró que no era buena publicidad para España en pleno “boom turístico de los 60”, una película en la que apareciera una turista muerta en las playas de Murcia. Sin embargo, el film se ha convertido en una película de culto.

Otra de las películas que se rodó en esta localidad es “La venganza” dirigida por Juan Antonio Bardem y protagonizada por Carmen Sevilla un drama rural centrado en las peripecias de una partida de segadores que intentan sobrevivir como pueden y resolver las viejas rencillas familiares que amenazan con destruirlos. Esta película consiguió proyectar internacionalmente al joven director Bardem tras su nominación en el festival de Cannes y al Óscar como mejor película extranjera en 1958, convirtiéndose en la primera película española que obtuvo esta nominación.

Por último, “La ciudad no es para mí”, de 1966, dirigida por Pedro Lazaga y protagonizada por Paco Martínez Soria trata la brecha generacional a través de la historia de un hombre que nunca ha salido de su pueblo y va a visitar a su hijo en Madrid. El hijo es médico, está casado y tiene una hija. Por su comportamiento, el  padre llega a ser una molestia para su hijo y su familia, que se codean con la alta sociedad. Los escenarios de Calacierva (actualmente perteneciente al municipio de Daroca, en la provincia de Zaragoza), el pueblo del que procede el anciano, se localizaron en Loeches.

Las aguas de Loeches


Loeches era uno de los pueblos más importantes cercanos a la capital, ya que contaba con la existencia de aguas medicinales, lo que dio lugar a la instalación desde finales del siglo XIX de diferentes establecimientos balnearios, como el de la Margarita.

Las propiedades de las aguas de Loeches fueron descubiertas en 1851 por don Gregorio García-Orea, procedente de un pueblo de Toledo, mientras intentaba llevar a cabo el proyecto de fundar un horno de tejas en Loeches, aprovechando para el mismo un pozo de unos terrenos que había adquirido en una finca conocida como La finca de Peñagallo.

Don Gregorio excavó un pozo para abastecerse de agua, pero pronto se dio cuenta de que los minerales que poseía aquel agua, estropeaban las tejas fabricadas, que se agrietaban por la salitre que dejaba el agua al evaporarse. Casi por casualidad, descubrió los beneficios poseía esta agua. Su hija Margarita, que acostumbraba a beber agua de ese pozo, se curó de una enfermedad.

Fue entonces cuando el Doctor Manuel González de Jonte, considerado tan influyente como Ramón y Cajal,  analizó dichas aguas y corroboró que efectivamente tenían propiedades beneficiosas para algunas patologías tales como el herpes, las afecciones cutáneas crónicas, los trastornos intestinales, las dolencias por alteración del flujo menstrual o la gota, entre otras. También descubrió que era más eficaz desde mediados de Junio hasta últimos de Septiembre.

Ante tal descubrimiento, el Dr. González de Jonte decidió fundar un balneario, al cual llamaría “La Margarita de Loeches” en honor a la hija de Don Gregorio, ya que gracias a ella, pudieron descubrir las propiedades curativas que aquel agua poseía.

Este balneario adquirió mucha fama, apareciendo constantemente en la publicidad de la mayoría de los diarios más importantes durante décadas y propició que muchísimas familias de bien se construyeran una casa en Loeches para pasar temporadas allí y beneficiarse de las propiedades de aquellas aguas, como por ejemplo la Familia de Torcuato Luca de Tena y Álvarez-Ossorio, más conocido como el fundador del periódico ABC en 1903 o una prestigiosa familia de joyeros de la Gran Vía de Madrid, los Sanz. Es por ello que por todo Loeches podemos ver los vestigios de lo que en su día fueron casas solariegas y palacetes que pertenecieron a familias pudientes que construyeron sus casas aquí para poder tomar las aguas.

El balneario estuvo funcionando hasta 1920, cuando sus terrenos fueron comprados por la familia Chávarri, propietarios de la explotación “Aguas de Carabaña”.

Una vez que cerrado el balneario, el lugar se destinó a una granja con vacas y se construyeron naves, que aún existen, para guardar los animales. Actualmente, la finca donde se ubicaba el balneario de la Margarita se encuentra en muy mal estado de conservación, aunque todavía se conserva en pie el templete del pozo del que se sacaba el agua y alguna bañera que hoy en día se utiliza como jardinera.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial


El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial fue declarado, en 1931, Monumento Histórico-Artístico y en 1984 fue inscrito de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

El Monasterio de El Escorial está situado en el municipio de San Lorenzo de El Escorial al noroeste de la región, a tan solo 50 km de la capital, en la Sierra de Guadarrama al pie del Monte Abantos y las Machotas.

Este complejo fue construido en la segunda mitad del siglo XVI. Su construcción se debe a varios motivos según redactó Felipe II al general de la orden jerónima, el 16 de Abril de 1561, entre los que destacan el reconocimiento por la victoria de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557, y el deseo del rey de erigir un mausoleo en memoria de sus padres y de él mismo, puesto bajo la advocación de San Lorenzo.

Felipe II decidió arrancar aquella magna obra recabando información, quería saber cuáles eran las edificaciones religiosas más grandes de Europa para destacar sobre ellas. A mediados del siglo XVI aún no se había decidido donde se levantaría el Monasterio, pero sí la orden religiosa: la orden de San Jerónimo, a la que tanta devoción tenían los Austrias hispánicos.

Habiendo pasado ya la moda del gótico, el rey se inclinó por un clasicismo sobrio y para llevarlo a cabo pensó en Juan Bautista de Toledo, pero dos meses antes de comenzar la obra falleció y fue sustituido por Juan de Herrera, de ahí que se diera el nombre de "herreriano" al estilo en que fue construido el Monasterio.

El Monasterio sobresale no sólo por las dimensiones del edificio colosal, si no también porque en su interior podemos ver valiosas pinturas al fresco o notables lienzos pintados al oleo por pintores italianos como Zuccaro, Tibaldi y Cambiaso.

Este maravilloso complejo incluye un su interior el Patio de Reyes, la Biblioteca, la Basílica, el Panteón de Reyes, el Panteón de los Infantes, los Palacios, y las Salas Capitulares.
Hoy día el Monasterio, además de ser visitado por cientos de turistas diariamente, alberga el Colegio Alfonso XII y el convento agustiniano. Además a los alrededores del Monasterio destacan el Jardín de los Frailes y la Galería de los Convalecientes, Felipe II era un gran amante de la naturaleza por lo que realizo un amplio espacio ajardinado.

¿No tienes ganas de verlo? ¡Llegar a San Lorenzo de El Escorial es muy fácil! Si vienes desde Madrid puedes acceder en transporte público, ya sea en Renfe o en autobús desde el intercambiador de Moncloa. Encontrarás el monasterio abierto de martes a domingo, desde las 10:00 horas hasta las 18:00, pero no olvides que el último pase es a las 17:00 horas. 

martes, 10 de diciembre de 2013

Un palacio de película digno de "Las Amistades Peligrosas"


La Comunidad de Madrid cuenta con una amplia gama de monumentos de gran importancia, muchos de ellos desconocidos para la mayoría de la población. Pero, ¿os digo una cosa? No hay que ir muy lejos para encontrar uno. ¿A que no sabéis donde? Pues muy cerca, a tan solo 15km de la Capital, encontramos el Municipio de Boadilla del Monte con su majestuoso Palacio del Infante Don Luis, cuyas paredes guardan grandes secretos y han sido testigo de importantes sucesos históricos.

Su historia comienza en 1761 cuando el infante Don Luis Antonio Jaime de Borbón, hijo de Felipe V (primer rey Borbón) y de su segunda esposa Isabel de Farnesio, decide comprar los señoríos de Boadilla y construir un palacio. Este proyecto se lo encarga a Ventura Rodríguez, uno de los arquitectos españoles más importante de la época. En realidad Ventura no construyó un palacio desde cero, si no que amplió y dio un nuevo estilo al que ya existía, el palacio de las dos torres.

El palacio es puramente neoclásico, de planta rectangular con formas muy sencillas y geométricas. A primera vista sólo se ven tres plantas, pero en realidad hay cuatro debido al desnivel del terreno. Para acceder al interior encontramos tres puertas. La central utilizada por la nobleza y la realeza, de la izquierda para el servicio y la de la derecha que da acceso directo a la capilla de estilo barroco. Detrás de esta última se encuentran enterradas  Mª Teresa y Mª Luisa de Borbón y Vallabriga, hijas de don Luis.

Frente al Palacio, encontramos la fuente de Ventura Rodríguez también conocida como la fuente de los tres caños. Fue construida como depósito de agua para abastecer al palacio y a los jardines. Actualmente es una fuente decorativa que embellece el entorno del palacio. Detrás encontramos los jardines trazados en tres alturas. La más cercana a palacio estaba ricamente decorada con flores, arboles y con la fuente de " de las conchas". El segundo muy parecido al primero, contaba con un almacén para guardar los productos que se cultivaban en las huertas y viñas del tercer jardín y que abastecían al palacio.

Pero no hay que olvidar al infante don Luis, una persona noble, bueno, representativo del espíritu ilustrado que no tuvo una vida fácil debido a su hermano Carlos III, que lo envió al exilio (Arenas de San Pedro) y lo destituyó del apellido Borbón.  Y os preguntaréis ¿por qué? Pues, entre las aficiones del infante se encontraban la caza y el cultivo del arte, las letras y las ciencias, las cuales pudo mantener en esta residencia. Prueba de ello, es que dotó al palacio de un gabinete con diversas colecciones: de cuadros, de libros y de monedas. Además, se rodeó de  artistas como el pintor Luis Paret, el músico Luigi Boccherini y el propio arquitecto del edificio, Ventura Rodríguez, a quienes alojó en el Palacio.

A  estas aficiones hay que añadir una más: las mujeres. Sus diversos amoríos y luego el empeño de casarse, lo convirtieron en una amenaza para su hermano Carlos III, preocupado de que el Infante pudiera tener descendencia, y que está aspirara al trono. Puesto que sus hijos no habían nacido en España  si no en Italia, no podrían acceder al trono como dictaba la ley Sálica.  

El palacio al igual que el infante sufrió bastante, sobre todo durante la Guerra Civil, ya que sus jardines quedaron prácticamente destruidos y perdió muchos de los tesoros que tenía. Fue utilizado como hospital de sangre y cuartel general y, una vez finalizada la guerra, como residencia de  niñas del Auxilio (niñas huérfanas). En 1998 Enrique Ruspoli, heredero legítimo del  infante don Luis, vendió el edificio al Ayuntamiento de Boadilla que lo cedió a la  SGAE en 2006 gracias a lo cual se rodaron en él varias películas como los Fantasma de Goya, Manolete o las Brujas de Zugarramurdi.

Por incumplimiento de contrato, el palacio vuelve en 2012 a la propiedad del Ayuntamiento, que inmediatamente ha puesto en marcha un plan de rehabilitación, que comenzará por los jardines, la capilla y los portones. Estad atentos pues está previsto que la próxima primavera los magníficos jardines de tipo francés hayan recuperado todo su esplendor… 

Un recorrido por el patrimonio de Boadilla del Monte


Boadilla del Monte todavía es poco conocida, aunque se encuentra a sólo 15 km de Madrid y está bien comunicada tanto en transporte público como por carretera.  

Esta pequeña localidad posee un importante patrimonio histórico-artístico, principalmente de los siglos XVII y XVIII. Desde el día 27 de septiembre de 2013, Día Internacional del Turismo, el Ayuntamiento ha puesto a disposición del público una serie de visitas guiadas a sus principales monumentos:  la Iglesia de San Cristóbal, el Convento de la Encarnación, la Fuente de Ventura Rodríguez y el Palacio del Infante D. Luis de Borbón.

Iglesia de San Cristóbal
Antigua iglesia con reminiscencias mudéjares y que, según la tradición, fue fortaleza árabe. Es probablemente el edifico más antiguo de Boadilla, pues data  de principios del siglo XIII . La parte más antigua es la torre campanario, cuya base es maciza.

A lo largo de los años ha sufrido numerosas transformaciones, la última llevada a cabo por la Dirección General de Regiones Devastadas tras la Guerra Civil, de la mano de José Ramón Duralte. En los jardines encontramos una escultura del Papa Don Juan Pablo II.

Consta de tres naves separadas por pilares con arcos de medio punto. La nave central aparece recubierta con madera y las naves laterales presentan bóvedas de cañón apuntado. En el interior podemos ver el retablo del buen pastor de Jesús Curiá, imágenes de San Babilés (patrón de Boadilla), San Cristóbal, Santa Lucía y un Cristo sin brazos que data del siglo XV de estilo gótico.

También podemos encontrar una capilla barroca de planta de cruz griega con un tríptico flamenco del siglo XVII.

Convento de la Encarnación
Conjunto arquitectónico de convento e iglesia. Se fundó en el siglo XVII (1674) por los Señores de Boadilla, Juan González de Uzqueta y su esposa María de la Vera Gasca y Barco. Su propósito era albergar en Boadilla del Monte una comunidad de Carmelitas Descalzas, además Don Juan González era pariente lejano de Santa Teresa de Jesús, reformadora de la orden.

En 1974 las religiosas construyeron un nuevo convento y en 2001 el edificio original del convento, tras su restauración,  se convirtió en un hotel boutique de lujo llamado “El Antiguo Convento de Boadilla”.

La iglesia es de ladrillo con una gran sencillez de líneas. La fachada es muy característica del siglo XVII, hecha de granito, ladrillo y caliza con gran verticalidad, sus formas geométricas recuerdan al Convento de Encarnación de Madrid.

Dentro podemos apreciar una iglesia de cruz latina con diversas obras de arte: retablos de Ntra. Sra. del Rosario del siglo XVI, de San Cristóbal y de San Babilés del siglo XVIII; diversos cuadros de finales del siglo XVII y esculturas y pinturas del siglo XX de Jesús Curiá, Martín Hanoos y Luis Frechilla.

Fuente de Ventura Rodríguez
Se llama también Fuente de los Tres Caños y fue construida en el siglo XVIII por Ventura Rodríguez.  Antiguamente era un depósito de agua que se utilizaba para regular el suministro a las distintas dependencias del palacio y a los jardines, pero en la actualidad es tan sólo una fuente decorativa.

Presenta una estructura de planta cuadrada, con tres cuerpos centrales de granito y dos laterales de revoco, que se unen en la parte superior mediante una cornisa corrida. Cuatro pilastras planas, rematadas por capiteles toscanos, separan las diferentes partes.

Palacio del Infante D. Luis de Borbón
Este palacio real es sin duda la obra más característica de Boadilla del Monte. La construcción del Palacio fue ordenada por el infante D. Luis, Conde de Chinchón y hermano del Rey Carlos III. 

Árboles singulares: Tejos milenarios de Rascafría


Este es el relato de una ruta, una ruta que parte de la Villa de Rascafría hasta una zona de alto valor ecológico donde todavía se conservan tejos milenarios.

En el interior del Valle Alto del Lozoya, oímos hablar de unos árboles milenarios, concretamente unos tejos. Invadidos por la curiosidad decidimos coger una mochila y empezar a andar por el valle para encontrarlos y sacar algunas fotos.

El principio de la ruta sigue el camino hacia el Monasterio de El Paular y dejándolo atrás, continuando por la M-604 llegamos a una zona recreativa de tres restaurantes. A partir de aquí empezamos a caminar por la vereda del rio Angostura disfrutando de las curvas de agua cristalina que dibuja su cauce asi mismo nos encontramos inmediatamente con un estanque de gran belleza.
Es otoño y mientras seguimos caminando podemos distinguir en el suelo del bosque un elemento típico de la temporada : las setas.

Vemos gente buscándolas expresamente por el lugar como "codiciado tesoro", con sus cestos de mimbre y su caminar pausado y tranquilo. Las setas y hongos de diferentes variedades y sabores son ampliamente utilizadas en la gastronomía local y sirven de reclamo para muchos excursionistas y amantes de esta especie vegetal. Hay que tener mucho cuidado pues algunas variedades son comestibles y otras son nocivas para la salud e incluso pueden resultar mortales.

Si nos apartamos un poco del río y seguimos por el camino de tierra podemos disfrutar del sobrecogedor entorno del valle enclavado entre montes de gran espesor vegetal: pinares y robledales se abren paso a través del terreno donde conviven multitud de especies como lobos y jabalíes.

Cuando llegamos al Puente de la Angostura nuestro camino se hace diferente y el rumor de los arroyos que nacen en el monte forman un pequeño concierto a nuestro alrededor.

Subimos por el camino hasta que llegamos al nacimiento del arroyo Barondillo. Un poco fatigados hacemos un descanso en el camino y mientras tomamos un respiro los vemos desde la otra orilla del pequeño pero bravo riachuelo... Los tejos milenarios.

Nos abrimos paso hasta su lado atravesando el nacimiento del riachuelo, la tierra encharcada y húmeda de esta zona riega las milenarias raíces de estos árboles tan peculiares, que aunque desgastados por el tiempo parecen conservar su robusta fortaleza que les ha facilitado la supervivencia en este entorno.

El Tejo del Barondillo tiene entre 1500 y 1800 años y es uno de los árboles más longevos de la Península Ibérica.


                                                                






LIBERTAD Y NATURALEZA EN LAS CASCADAS DEL PURGATORIO


Este artículo está dedicado al que, desde un punto de vista subjetivo pero probablemente acertado, es el mejor rincón de la Sierra de Guadarrama. Es más, puestos a que más de uno me tache de exagerado, añadiré que es posiblemente el paraje natural más sobresaliente de toda la Comunidad de Madrid. Razones para tal afirmación hay de sobra, y aquellos que ya hayan presenciado su belleza estarán indudablemente de acuerdo conmigo.  
El recorrido, como muchos otros que parten o discurren por el término municipal de la Villa de Rascafría, da comienzo en el Monasterio de Santamaría de El Paular, un templo de origen Cartujo que alberga en su claustro una impresionante colección de lienzos, todos ellos obra del pintor Vicente Carducho, y que, con la desamortización de Mendizábal, fueron expropiados para que el destino volviese a juntarlos 170 años después, en el lugar para el que originalmente fueron creados. El monasterio se ha convertido en un recurso turístico de primer orden, por lo que su visita habría que tenerla en cuenta como una parte más del itinerario. Abstenerse de hacerlo los jueves, pues está cerrado.
Para continuar hay que cruzar el Puente del Perdón, otro importante recurso cultural que salva las aguas del río Lozoya. El nombre del susodicho puente nos conduce al siglo XIV, cuando los reos que iban a ser sentenciados a muerte tenían aquí la oportunidad de dar sus últimas alegaciones y que les conmutaran la pena. Si eso no sucedía, unos kilómetros más arriba, camino también a las cascadas, les esperaba impaciente el destino bajo el techo de la Casa de la Horca.
Habiendo llegado ya al área recreativa de las Presillas, y bordeando ésta a mano izquierda, comienza, tras una valla, el verdadero camino natural que se adentra en el valle. Ojo a las bifurcaciones, pues nos encontraremos varias a lo largo del recorrido. No obstante, el camino está completamente señalizado con un cartel azul con las palabras “Cascadas del Purgatorio”, que jamás nos puede inducir a error.
Sólo las vacas siguen nuestros movimientos, muy atentas con la mirada, mientras atravesamos los Robledales. Se evidencia, y mucho, el uso que los madrileños hemos dado a la madera de roble, pues los claros que nos vamos encontrando así lo demuestran. 
Ya por aquí nos vamos tropezando con la primera de las bifurcaciones: hasta el turista más inexperto comprobará como las balizas de la Ruta Verde 1 se escapan por la derecha, camino a la Casa de la Horca y al Puerto de Cotos, mientras por la izquierda nuestro famoso cartel de color azul nos recuerda la dirección correcta. Aquí es cuando nos despedimos del tortuoso camino que habían de seguir los reos (jocoso el hecho de que un simple desvío separase para ellos el Infierno del Paraíso). También, desde este momento, nos comenzamos a alejar del río Lozoya para que nos dé la bienvenida el río Aguilón, el afluente que se encarga de suministrar de agua a las cascadas.
Se nota como la pendiente comienza a ser más pronunciada, pero lo agradecemos por las maravillosas vistas que la altura nos brinda: tras volver a coger el camino de la izquierda y dejar atrás las balizas de la Ruta Verde 6, que empinadísima se dirige al Puerto de la Morcuera, podemos divisar, siempre y cuando nos lo permitan las copas de los árboles más cercanos, el imponente Pico de Peñalara. Ahora el camino vuelve a bajar, buscando de nuevo el cauce del río Aguilón. Y es aquí, señoras y señores, cuando comienza lo realmente bueno. La fuerza de la naturaleza consiguió que un río se abriese paso partiendo una montaña por la mitad, o eso es lo que parece. Los Cortados de Majada Grande permiten su paso mostrando todo su respeto, y el agua no pierde la oportunidad, jugando con las rocas y formando saltos, pozas y pequeños islotes.
Nosotros también nos adentramos en los Cortados, dejando la pista forestal por la que hemos ido para coger el sendero que no se despega del río. Cuidado si habéis elegido un día lluvioso, ya que pasaremos por ciertos tramos de rocas y nos podríamos llevar un disgusto si nos resbalamos. La música del agua nos acompaña mientras nos debatimos de forma inconsciente a dónde debemos dirigir la mirada. Las paredes verticales de los Cortados, que nos protegen cual la más acogedora de las viviendas, las pozas y saltos del río, el musgo, las rocas, los árboles verdes y humedecidos, con tonos amarillentos y marrones propios del otoño, las vacas, que aprovechando su inusitada libertad te observan incrédulas cómo las rodeas para no importunar sus descansos justo en medio de tu sendero, y algunos excrementos de tamaño más que considerable y colocados en estratégicos lugares, compiten entre ellos y nos ponen difícil la tarea de elegir a un vencedor en el que centrar nuestra atención. Por cierto, respecto a lo último que dije, tenedlo en cuenta, pues el que avisa no es traidor.
Tras sólo unos minutos, en total armonía, llegamos a nuestro destino, y el mirador de madera al que accedemos nos confirma la meta. Ahora es momento para que los sentidos comiencen a trabajar a pleno rendimiento para captar los infinitos estímulos que esta escena produce. La subjetividad de cada uno podrá diferir en las sensaciones que se experimentan ante semejante espectáculo, pero todos los que ya han estado afirman que, como si de un hechizo de la más fantasiosa brujería se tratase, la mente se queda en blanco, y encima lo agradeces.
La ruta, al no ser circular, habrá que deshacerla, seis kilómetros de libertad y un maravilloso recuerdo que traer de vuelta a casa. ¿Volverías de nuevo alguna vez? La respuesta es obvia, todos lo hacen.

UN PASEO POR EL PARQUE DEL RETIRO


La ciudad que nunca duerme, Madrid,  se encuentra rociada de parques, jardines y espacios verdes que hacen de Madrid una ciudad verde y ecológica. De hecho, nos encontramos con  la segunda capital mundial -después de Tokio- con mayor número de ejemplares arbóreos en sus calles.

Uno de los coloridos y pintorescos parques de Madrid es el conocido como el Parque del Buen Retiro, antiguo real sitio de recreo de los Austrias. Fue el Conde-Duque de Olivares allá por el S XVII quien mandó inaugurar este parque para disfrute del rey Felipe IV y la Corte real. No sería hasta la llegada de la dinastía de los Borbones con la figura de Carlos III que el parque se abriría al público.

El Retiro se encuentra a pocos metros del paseo del arte y de la Iglesia de los Jerónimos, ejemplo del neogótico, y no más lejos nos encontramos con el Casón del Buen Retiro o Salón de Reinos, situado a tan sólo cinco metros de la puerta de Felipe IV, un palacio donde tenían lugar los bailes cortesanos que actualmente acoge exposiciones temporales.

Algunos de los lugares y manifestaciones artísticas y culturales recomendados desde nuestro blog son:

El jardín del parterre, de estilo afrancesado esculpido por fuentes y flores,  donde se halla un árbol centenario originario de México, que fue testigo y testimonio  de la Guerra de la Independencia. Se dice que fue traído por Hernán Cortés en 1632.

La plaza de Alfonso XII  flanqueada por dos columnatas y que junto con la columna central coronado por la escultura  ecuestre de Alfonso XII forman un conjunto arquitectónico de gran belleza paisajística.

El estanque salpicado  de barcas donde turistas y residentes pueden alquilar y navegar por el estanque dando de comer a patos y carpas, también existe un barco turístico (abierto durante la estación estival).Si se prefiere se pueden alquilar un tandem o bicicletas desde 4 euros ( c/ Menéndez Pelayo, nº 35)

La fuente escultórica del Ángel Caído coronando la cuesta del Moyano fue la primera escultura pública dedicada a Lucifer creada hasta la época, para los más supersticiosos señalar que se sitúa a 666 m de altura sobre el nivel del mar. 

La casa de fieras en un recodo del Retiro era un antiguo zoológico de Madrid hasta 1972. Entre los animales que podemos observar en el parque además de ardillas, patos y cisnes se halla el pavo real en los jardines de Cecilio Rodríguez.

El paseo de coches cortado al tráfico es lugar de encuentro de deportistas y personas que gustan practicar actividades al aire libre, como patinaje, bicicleta etc.

            El Real Observatorio del Retiro cuenta con una colección de telescopios que puede ser visitada,  previa reserva en el 91 5979564. Horario de atención telefónica de 9 a 14.30h.

            La rosaleda es un pequeño jardín floral compuesto de rosas traídas desde los más famosos jardines de Europa. En su interior se encuentra las fuentes escultóricas de Baco y Apolo.


Entre los espacios culturales del retiro que a la vez son salas de exposiciones encontramos:

·         Palacio de Velázquez:

·         Exposición- Idea: Pintura Fuerza (del 6 de noviembre de 2013 al 18 de mayo de 2014)
·         Horario:
·         De mayo a septiembre:
Lunes a sábado: 11-20h. Domingos y festivos de 11-18h.
·         De octubre a abril:
Lunes a sábado: 10-18h. Domingos y festivos:10-16h.
·         Entrada gratuita.

·         Palacio de Cristal:

·         Exposición- ¨Escena¨ , Roman Ondak ( del 19 Septiembre de 2013 al 23 febrero de 2014)
·         Horario:
·         De mayo a septiembre:
Lunes a sábado: 11-20h.
Domingos y festivos: 11-18h.
·         De octubre a abril:
Lunes a sábado: 10-18h
Domingos  festivos: 10-16h
·          Cerrado: Días de lluvia.
·         Entrada gratuita.

Entre los servicios con que cuenta el Retiro destacar la biblioteca Eugenio Trías donde hay sala de lectura habilitada con conexión a WiFi. Además de los numerosos bares o chiringuitos ubicados de forma dispersa, donde tomarse un café o un refresco.

Los fines de semanas soleados en el paseo que flanquea el estanque se encuentran artistas, vendedores ambulantes, tarotistas,  músicos y para los más pequeños tiene lugar un espectáculo de títeres.
           
Esperamos que queden tan entusiasmados con su visita como lo estamos nosotros por su llegada ¡bienvenidos! 

La sierra de Guadarrama esconde detrás de sus hermosos paisajes un legado lleno de historia que podemos apreciar caminando por sus sendas, calzadas y caminos.

En esta ocasión os proponemos dar un paseo por la calzada romana que, construida por los romanos en el siglo I d.C. como vía de comunicación entre un sitio y otro, perdura hasta el día de hoy. Esta calzada unía la ciudad de Titulcia (próxima a Aranjuez) con Segovia, atravesando la sierra de Guadarrama por el Puerto de la Fuenfría, a cuya vera confluye el arroyo de la Venta.

Comenzamos nuestra ruta en el pueblo de Cercedilla en un paraje llamado las Dehesas, donde encontramos el Puente del Descalzo, uno de los puentes que cruza la calzada y que conserva parte del enlosado original.

Al pie del puente encontramos un tramo de la calzada romana no apto para perezosos/as, debido a la inclinación de la misma. Dicho tramo nos llevará hasta el Valle de la Fuenfría, en el cual encontramos varias rutas que podemos realizar. La ruta más conocida es la ruta que nos lleva por el camino de la Republica, desde el mirador de Aleixandre hasta el del Rosales, al pie de Siete Picos.

También encontramos en dicho valle y a la vera misma de la vía milenaria, en la pradera llamada las Coralillas, el albergue de la Real Sociedad Española de Alpinismo de Peñalara. Originalmente construido entre 1917-1921 con pinos de Valsain donados por el Rey Alfonso XIII, este edificio fue posteriormente reconstruido en piedra. Hoy en día se encuentra abandonado.

Un montañero suizo llamado Schmid que estuvo largo tiempo a cargo de este albergue, del cual fue el socio número 13, es conocido por haber señalizado en el año 1926 la senda que lleva del valle de la Fuenfría al puerto de Navacerrada, que comienza al pie del Albergue. También conocida como el Camino Schmid, en honor a su creador, es una de las sendas más conocidas y transitadas de la sierra de Guadarrama.

Superado el último arroyo, el de la Fuenfría, y el último puente, el de Enmedio, una acusada pendiente nos obliga a coronar el puerto de la Fuenfria con el aliento justo. Sin embargo, todo este esfuerzo no es en vano, pues al coronar el puerto podemos recrear la vista con el paisaje, pues desde aquí divisamos Montón de Trigo, un cerro cónico de 2.156 metro de altura que evoca la leyenda de un tacaño que murió sepultado bajo toneladas de cereal. Desde aquí, también podemos contemplar Peñalara que es el pico más alto de Guadarrama y los pinares de Valsaín.

Este puerto era el único paso entre Madrid y Segovia por la calzada romana. Prueba de la utilidad de la calzada es el hecho de que fuera restaurada por deseos del rey Felipe IV. No obstante, la construcción del paso por el vecino puerto de Navacerrada en 1788, relegó el puerto de la Fuenfría a los manuales de la historia y de no ser por los andarines micológicos y demás forofos de Guadarrama, la calzada habría acabado criando malvas bajo un espeso manto de humus y nostalgia.

La vía del puerto se confunde momentáneamente con el camino forestal (carretera de la Republica), pero al cabo de trescientos metros ya en la vertiente segoviana, vuelve a surgir a la izquierda de la pista para descender al par de esta hasta el despejado calvero donde nacen –ya en la provincia de Segovia- las ruinas de casarás o Casa de Eraso. Cuenta la leyenda que en este lugar está enterrado un tesoro de los templarios, aunque según la versión oficial fue mera casa de postas elegida en 1571 por el rey Felipe II, que toma su nombre de Eraso, secretario del rey.
           
Hasta aquí nuestro paseo por esta milenaria vía, que nos hace pensar cuántas generaciones se han servido de esta vía y cómo eran quienes la concibieron, útil y durable, con su caja de grava (estadumen), su capa de hormigón de cal (rudus), sus losas para facilitar la rodadura (summa crusta) y sus muros de contención (margines). Al construirla, no habían podido imaginar que la calzada llegaría a nuestros días.  

Manzanares El Real, un lugar de cine


Hoy quiero descubriros un plató de rodaje de películas algo diferente al habitual, este plato se llama Manzanares el Real. Se localiza a unos cincuenta kilómetros de la Comunidad de Madrid, en el recién nombrado parque regional de la alta cuenca del Manzanares, a los pies de la Pedriza, un lugar que da mucho juego de cara al rodaje de series y películas, sobre todo del oeste, como más adelante os descubriré.

En este municipio se yergue el castillo de los Mendoza, que se encuentra en la Ruta de los Castillos, Fortalezas y Atalayas de la Comunidad de Madrid, junto al castillo viejo, la otra fortificación de la localidad.  Integrada en el vecino Parque Regional de la Cuenca Alta del río Manzanares, se encuentra La Pedriza que es un lugar importante para los amantes de la escalada, ya que aquí pueden encontrar bloques de lo más impresionantes, por lo que es lugar en donde cada fin de semana se reúnen numerosos grupos de aficionados al deporte de la escalada y el montañismo. Por otro lado, tampoco podemos olvidar del gran Embalse de Santillana, también conocido como embalse de Manzanares el real,  que data de 1907 y regula las aguas del Rio Manzanares.

Y, sin más dilación, pasemos a hablar de la gran cultura cinematográfica que posee el municipio a fin de descubrir las producciones algunas de cuyas escenas, no es el total de la producción, fueron grabadas en distintas localizaciones de Manzanares el Real.


Largometrajes
La mayor parte de las películas son del género “Western”, es decir, películas del Oeste. Las escenas de emboscadas se ambientaban en los roquedos de La Pedriza. Asimismo, algunos planos de las películas El Coyote y La justicia del Coyote, su segunda parte, se rodearon en el embalse, que según conviniera se convertía en océano, laguna o mar.

En el Castillo de Manzanares el Real se han ambientado numerosas escenas históricas como las de la película de 1954  Jeromín inspirada en la novela homónima de  Luis Coloma sobre la biografía de Juan de Austria,  héroe español de Flandes, hermano de Felipe II. La película es una  adulación a la España imperial de Carlos V. En 1956 se rodó la superproducción Alejandro Magno, protagonizada por Richard Burton, para la que se contrataron a muchos extras que recibieron un salario de 600 pesetas diarias por jinete y caballo.
Entre las superproducciones estadounidenses, también destaca Rey de Reyes, de 1961, basada en la vida pública de Jesús de Nazaret, con un gran reparto:  Robert Ryan, Siobhan McKenna, Frank Thring, Hurd Hatfield, Rip Torn, Harry Guardino, Viveca Lindfors y Rita Gam, así como el actor mexicano Rubén Rojo como Mateo y la actriz española Carmen Sevilla en el papel de María Magdalena.

Pero aquí, no sólo se han rodado películas antiguas, también tenemos películas modernas como por pueden ser las películas españolas El Bola o Airbag. En Airbag, del año 1997, participaron actores como Fernando Guillén Cuervo y Alberto San Juan, entre otros. Por su parte, El Bola protagonizada por Juan José Ballesta en el año 2000, fue la ganadora de cuatro premios Goya.

 

Series

Son numerosas las escenas de series españolas que se han grabado y continúan grabándose en el Castillo de los Mendoza y sus alrededores, ejemplo de ello son las recientes Isabel y La Princesa de Éboli.

 

En el reparto de La Princesa de Éboli se encuentran actores como Belén Rueda interpretando el papel de Ana de Mendoza y la Cerda, La princesa de Éboli, y Hugo Silva en el papel de Antonio Pérez, secretario de Felipe II. Esta serie tiene mucho que ver con el castillo de los Mendoza ya que la protagonista es hija del matrimonio entre Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, Virrey de Aragón y Cataluña, y doña Catalina de Silva.

 

Por otro lado, Isabel,  que actualmente se emite en televisión, cuenta como protagonistas con la actriz Michelle Jenner como Isabel la católica y Rodolfo Sancho como Fernando el Católico. La barbacana del castillo ha sido el escenario elegido para rodar la conquista de Alhama, en Granada.

Para  finalizar os diré que los varios atractivos de este municipio hacen de él un set de rodaje ideal al aire libre y que ahora sois vosotros  los que tenéis que grabar un capitulo de vuestras vidas, visitando Manzanares el Real y paseando por sus calle como si estuvieran en una película.
                                    

lunes, 9 de diciembre de 2013

Cómo disfrutar de un día en Manzanares el Real


Siempre es agradable pasar un día en la sierra y hoy os invito a que lo hagáis en Manzanares el Real donde disfrutareis de paisajes fantásticos y lugares mágicos y en el cual degustaremos platos típicos de la sierra tales como el cochinillo o el lechazo, sopas o legumbres.
                                                                                                                                                              Manzanares el Real es un municipio situado a unos 50 km de Madrid, a los pies de la sierra de Guadarrama y a orillas del embalse de Santillana. Este municipio es uno de los más extensos de la región madrileña  y unos de los que reúne un mayor interés ecológico.

El municipio está integrado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. En los alrededores encontramos importantes lugares como La Pedriza, espacio frecuentado por los amantes de la escalada, del senderismo y demás deportes de naturaleza. No podemos olvidar tampoco el Embalse de Santillana, lugar de paso de aves y de práctica de la pesca. Sitio  importante es el Ventisquero de la Condesa ya que es el lugar de donde nace nuestro el Río Manzanares y al que se puede acceder realizando una marcha de aproximadamente tres horas y media. Más información pinchando aquí: http://www.manzanareselreal.org/turismo/index.php?option=com_content&view=article&id=87&Itemid=96

Una vez hayamos disfrutado de estos paisajes, será hora de buscar un restaurante donde degustar los platos típicos de la zona y en esto tenemos una amplia oferta. Es recomendable saborear el fantástico cochinillo acompañado de un buen vino y terminando con una variedad de postres exquisitos. Después de hacer una sobremesa nos dirigiremos a ver el famoso Castillo de Manzanares el Real,  “El Castillo de los Mendoza”.
Este castillo es uno de los mejor conservados de la región de Madrid, pertenece a la casa ducal del infantado y es del siglo XV, fue levantado por Don Diego Hurtado de Mendoza primer duque del infantado, es de estilo Gótico Isabelino y su arquitecto fue Juan Guas, conocido por ser el arquitecto de los Reyes Católicos.

En los años 60 y 70 del siglo XX, el castillo sufrió una reconstrucción ya que en el año 1566 el castillo había sido abandonado. En dicha reconstrucción algunos de los elementos fueron totalmente reconstruidos como es el caso de las estancias y corredores.

El castillo palacio alberga una colección de 10 Tapices de la serie Bruselas-Brabante. Hechos sobre cartones de Rubens, son la joya del castillo pero no por eso despreciaremos su fabuloso patio de armas de estilo gótico, el cual alberga tres escudos originales de las familias de los Mendoza, Álvarez de Toledo y Fernández de Velasco. Si visitan el Palacio del infantado de Guadalajara verán que el patio guarda similitud con este, ya que el arquitecto de ambos fue el mismo: Juan Guas.
                                                         .                                                                                                                                                                             El Castillo es perfecto para venir en familia ya que los niños se lo pasarán en grade recorriendo las estancias por donde paseaban “Reyes”, pero también es idóneo para parejas ya que pueden acercarse hasta Manzanares el Real a pasar un fin de semana de lo más romántico.          

Y hasta aquí pueden  leer. Ahora son ustedes quienes deben seguir descubriendo los rincones de este pueblo tan maravilloso y del castillo de los Mendoza.                 

“MANZANARES EL REAL, EL CASTILLO MÁS CASTIZO”


Enclavado a los pies de la sierra de Guadarrama, y a menos de cincuenta kilómetros de la ciudad de Madrid, el castillo de Manzanares El Real puede presumir de ser el tercer monumento más visitado de nuestra Comunidad, tan solo superado por el monasterio del Escorial y por el Real Sitio de Aranjuez. Y los madrileños podemos igualmente presumir de castillo, entre otras muchas cosas, por su excelente estado de conservación, pero también, por los estrechos lazos que unen este castillo con nuestra ciudad.

Para empezar a desgranar estos puntos de unión, resultan evidentes los lazos naturales que unen a la capital de España con el castillo. El río que contemplamos desde las almenas de esta fortaleza, no es otro que nuestro querido Manzanares, el río de Madrid, el mismo que recibió las burlas de los escritores de nuestro siglo de oro, que lo apodaron despectivamente como "el aprendiz de río". El Manzanares tiene su nacimiento a pocos kilómetros del castillo, y tras atravesar el área de la Pedriza, se presenta ante el monumento en forma de un extenso embalse, muy diferente de esa modesta imagen de “aprendiz” que muestra más tarde a su paso por la ciudad .

Y al hilo de estas comparaciones naturales, es obligado hablar del agua y de los aires serranos que circundan el castillo. Agua y aires que acaban llegando a Madrid, y cuya abundancia y calidad influyeron poderosamente en la decisión de Felipe II de declarar la ciudad su capital hace más de cuatro siglos. El monarca se había curado en el antiguo alcázar madrileño de unas fiebres malignas con la ayuda de esos aires y de esas aguas tan salubres. No en vano, una pareja de nobles madrileños de la época de los Austrias mencionan estos elementos en las visitas teatralizadas que tienen lugar en el castillo todos los fines de semana. Aunque en esta mención, los aires madrileños se tornan más bien malvados: "el aire de Madrid... tan sutil, que mata a un hombre y no apaga un candil". Valga esa sutileza lo mismo para sanar que para matar.

Pero mucho antes de la capitalidad, durante los oscuros años del medievo, los madrileños ya habían combatido duramente contra los segovianos por la posesión de las tierras cercanas a la Pedriza. Fue el rey Alfonso X el sabio quien tuvo que mediar en estos pleitos, y poner la zona bajo dominio real... de ahí le viene el nombre de "Real del Manzanares". Los reyes castellanos posteriores pasarían cada vez más tiempo en la ciudad de Madrid, quedando así las tierras del "Real del Manzanares" asociadas a la monarquía, y por consiguiente, a la ciudad que hoy es capital de España.

Posiblemente, esta doble vinculación natural e histórica, fue uno de los factores principales que motivaron el hecho de que el castillo de Manzanares fuera el lugar elegido para la firma del estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid en 1982. Un gesto simbólico que reforzó todavía más la unión entre el castillo y  la historia madrileña.

Esta conexión se hace incluso más patente cuando se recorren las estancias del castillo y el visitante puede detenerse a contemplar muchos de los elementos de su recorrido museográfico. Destacan sobre todo los diez tapices de la escuela de Bruselas-Brabante sobre cartones de Rubens que adornan las paredes, y que fueron restaurados en la Real Fábrica de tapices de Madrid, tras haber permanecido muchos años en lugares madrileños tan emblemáticos como el monasterio de las Descalzas Reales.

Pero merecen una especial atención los cuadros elegidos para decorar algunas de las estancias. La mayoría de estas obras pertenecen a la escuela de pintura madrileña del siglo XVII, y algunos de los óleos nos transportan a través del tiempo a un viaje hacia el pasado de la ciudad.

La obra más impactante es la que nos muestra una procesión celebrada en Madrid en 1585. La multitud de religiosos y devotos discurre por la zona de lo que hoy es Atocha y la explanada del Reina Sofía, apreciándose en el fondo de la pintura el área boscosa del Retiro.  Este cuadro nos permite pasear frente a uno de los hospitales más antiguos de los que se tiene memoria en Madrid. Además comprobamos como donde antiguamente había una modesta ermita, hoy se alza orgulloso el Observatorio Astronómico del parque del Retiro. La pintura constituye una mirada fascinante al pasado de una ciudad que en aquel momento llevaba poco más de veinte años ejerciendo su capitalidad.

Y siguiendo en esta línea de arte y casticismo, encontramos en otra de las salas de la fortaleza, un óleo dedicado al milagro de la Virgen de Atocha. Esta es una de las más antiguas leyendas madrileñas, y se remonta a los tiempos de la fundación de la ciudad hace mil doscientos años. En esta obra vemos a un caballero cristiano agradecer a la virgen el que haya devuelto las vidas y las cabezas a su mujer y a sus hijas. Las tres damas habían sido decapitadas pocos momentos antes por los soldados moros durante la conquista del primitivo Mayrit.

Sin movernos de esta sala nos topamos con otro cuadro que recoge el abrazo de dos santos que fundaron sus conventos en el Madrid del siglo XIII: San Francisco y Santo Domingo. En la actualidad, la basílica de San Francisco el grande cercana a la puerta de Toledo, y la plaza de Santo Domingo detrás de la Gran Vía, son los escenarios urbanos que recuerdan aquel abrazo convertido en arte por obra del pintor José Maea.
En las estancias principales del castillo encontramos así mismo dos retratos de la Virgen de la Soledad, antecedente de la castiza Virgen de la Paloma. Esta virgen era venerada por los madrileños desde el siglo XVI en un convento que estaba ubicado muy cerca de la Puerta del Sol. Su devoción la trajo a España una reina francesa, Isabel de Valois. La noble dama de solo dieciséis años, fue obligada a casarse con un cincuentón Felipe II. Quizás aquella devoción fuese su único consuelo durante sus tristes días en la recién estrenada capital.

Y son muchos más los detalles que podemos observar, y los vínculos que enlazan ciudad y castillo. Ambos están bañados por el mismo río, y unidos por un mismo espíritu y una misma historia... o más bien por cientos de historias.

De entre todas ellas, y para terminar esta crónica sobre el castillo de Manzanares y su madrileñismo, quiero rescatar de la memoria la de Paco el sastre. Fue éste un bandolero madrileño de principios del XIX, inseparable compañero de correrías del famoso y castizo Luís Candelas. El infortunado bandolero acabó siguiendo la misma suerte que su célebre líder. Tras varios asaltos y secuestros por las calles de la ciudad,  huyó a esconderse en La Pedriza, para terminar siendo apresado a los pies del castillo. Finalmente acabó pagando con su vida en un cadalso cercano a las colinas del castizo barrio de Lavapies. El mismo río que había cruzado en su huida, acabó siendo testigo de su muerte... aquel “aprendiz de río”...

Visitar el castillo de Manzanares el Real es mucho más que contemplar el pasado medieval de Castilla, es también  un viaje al pasado de la capital de España en algunos de los momentos clave de su historia entre los siglos XVI y XIX. Y esta visita supone además una mirada hacia el origen de esas aguas y esos aires que curaban de sus males a príncipes y reyes, y dieron con ello, tanto prestigio y poder a nuestra ciudad. Por todo esto, bien puede definirse al castillo de Manzanares el Real como el castillo más castizo.